- El papel central del trabajo. Para el 49.2% de las personas encuestadas, "lo que se hace en el trabajo es lo mas importante que el dinero que se gana", el 38.7% dijeron que su "principal satisfacción en la vida proviene de su trabajo". El59% afirmaba estar "muy satisfecho" con su empleo, frente al 46.7% del conjunto de los Estados Unidos. La gente realmente trabaja: el 30% trabaja entre 41 y 50 horas por semana; el 10.4% pasa mas de 51 horas trabajando; el 28% se lleva trabajo a casa al menos una vez por semana. La satisfacción en el empleo se incrementa con el numero de horas trabajadas.
Así pues, un trabajo intenso y duro es la característica básica de la vida para los trabajadores de Silicon Valley, especialmente para los segmentos mas cualificados de la población. Tal y como ocurre en el caso de otras revoluciones económico-tecnológicas, el afán por producir y por competir con éxito es la fuente básica de la nueva organización social. Y, al igual que en las revoluciones industriales anteriores, el trabajo y el lugar de trabajo tienden a ser el foco primario de la actividad social. - Para el componente tecnico-profesional de la población empleada (que supone aproximadamente el 50% de los trabajadores de alta cualificación tecnológica) existe asimismo un sentimiento positivo hacia el trabajo como una oportunidad para la innovación. Tienen la ideología de los innovadores, expresada mediante el sentimiento de hallarse en la zona de vanguardia de la tecnología y dándose cuenta de la importancia que ello tiene.
- El espíritu empresarial es una característica fundamental de la cultura, a pesar del hecho de que la mayoría de los profesionales y de los ingenieros trabajen para grandes empresas. Aun así, el modelo de comportamiento sigue siendo el de los jóvenes lideres que crean empresas y que se hacen millonarios gracias a su capacidad para innovar y a sus audaces intentos por fundar nuevas empresas. Esta cultura aporta la base para las interminables escisiones que han fomentado la innovación permanente en Silicon Valley, a pesar del esfuerzo de algunas empresas en la década de 1980 por hacer decaer el mismo proceso que había estado en su origen, en un vano intento por cerrar sus puertas una vez que se habían establecido en el mercado.
- Otra actitud cultural clave es la competencia agresiva, tanto entre las personas como entre las empresas. Existe una lucha extrema por mantenerse a la cabeza, que conduce a una relación de los estándares morales en las relaciones profesionales; esto es algo que parece ser característico de muchos contextos históricos de gran innovación cuando el espíritu individualista de paso a una feroz competencia. Asi, el 36% de los trabajadores encuestados piensa que sus "compañeros de trabajo" mienten en el currículum. El 42% piensa que sus "compañeros de trabajo" se llevan material o utilizan horas de ordenador de la empresa sin autorización: el 16% cree que la utilización de los secretos de la empresa en beneficio personal se produce con frecuencia; y el 55% de los trabajadores con elevada cualificación tecnológica piensa que "algunas personas harán cualquier cosa por situarse a la cabeza" Es precisamente este impulso personal, invirtiendo en tecnologías revolucionarias aplicadas a una industria estratégica, lo que conduce a la aceleración del proceso de innovación en la zona, ya sea a través de las empresas ya existentes o bien gracias a escisiones de aquellas.
- Como podemos imaginar, es esta una cultura de individualismo extremo, posiblemente estimulado por la continua inmigración a la zona de miles de jóvenes profesionales venidos de todo el mundo, atraídos por el "Silicon Rush" "la fiebre del silicio". En 1984, el 31% de los trabajadores encuestados nunca se había casado; el 15% estaba divorciado; y solo el 20% de la mano de obra tenia mas de 45 años. Tal pauta individualista tiene consecuencias directas en los mercados de la vivienda, en el sistema escolar, en el comportamiento del trafico, en el ocio y en la política; nadie confía en el gobierno, sea cual sea este, y los impuestos son considerados como un asalto al ciudadano. Esta ideología individualista florece en Silicon Valley sobre la base de una población inmigrante, principalmente de otro estado, a menudo soltera y con un alto nivel de educación que se disputa las altas recompensas en las que cree. Unas recompensas que realmente existen, si no para todo el mundo, al menos para el suficiente numero de personas como para que todos crean en la posibilidad de alcanzarlas.
- Si bien no un elemento cultural en si mismo, es importante destacar que tales expresiones culturales reposan en una base material: la opulencia de la zona. Ciertamente, también existen lados oscuros en esta prosperidad: la pobreza, la discriminación y la explotacion están presentes en Silicon Valley como en todas las sociedades de clases. No obstante, como media, y en comparacion con otras zonas, incluyendo aquellas de alta tecnología, no se puede negar la existencia de un nivel de vida elevado para gran parte de la población. Esta realidad hace que la mayoría de las personas abriguen grandes expectativas, pensando que es posible alcanzar una buena posición económica durante la juventud. Una consecuencia directa de un comportamiento de este tipo es la incapacidad para prestar atención, o incluso comprender, a aquellos que se han quedado fuera del grupo de los opulentos, lo que refuerza el individualismo y ahonda aun mas los fosos de la segregación urbana.
- La competencia individualista despiadada y el inexorable impulso hacia el trabajo y la innovación tienen un coste importante: el tecnoestres, tal y como se le denomina en Silicon Valley, entendiendo este como estrés psicológico y social en todas sus manifestaciones. El 38% de todos los trabajadores encuestados, el 42% de las mujeres y el 43% de los profesionales dijeron que el estres relacionado con el trabajo afectaba a sus vidas fuera del mismo. Este tipo de estrés se halla asociado, en opinión de la mayoría de los expertos, con enfermedades sociales muy extendidas en la zona: el alcohol y las drogas (1/3 de los encuestados cree que sus "compañeros de trabajo" utilizan frecuentemente drogas durante la jornada laboral); ruptura familiares (con una de las tasas de divorcio mas altas de los Estados Unidos); frecuentes problemas emocionales en los niños, etc. Además, aparte del propio estres, existe también una cultura del estrés. Es decir, un sistema de valores en el cual un estres agudo ha entrado a formar parte del estilo de vida como el precio necesario a pagar por estar en la cima del mundo. Empresas e instituciones del "Valley" generaron mecanismos para combatir el estrés que se convirtieron en parte integral de la cultura local. Entre los mismos los dos principales son los siguientes:
- La aparición de subculturas corporativas de las cuales Hewlett Packard es las mas distintiva. Los sentimientos de lealtad a la empresa son muy fuertes para el 65% de los trabajadores encuestados (frente a 46% a nivel nacional). Las empresas tienden a estimular estos sentimientos de pertenencia a un grupo a través de actividades recreativas, horarios flexibles y estilos informales de interacción personal. El objetivo es compensar la alta productividad laboral y retener a los "cerebros" que representan el principal activo de una empresa basada en la investigación. Así, la pauta de competencia feroz antes descrita se suaviza, en cierto modo por el trabajo en grupo y por la cooperación interpersonal en el puesto de trabajo, siendo este un recurso que proporciona apoyo psicológico a individuos con idéntica adicción al trabajo.
- Otro mecanismo importante para aliviar el estrés es aquel que podría ser etiquetado como consumo compensatorio, al menos para la mitad rica de la población. A causa del afán por innovar y la búsqueda de recompensas inmediatas que ayuden a aliviar el estrés, los estilos de consumo tienden a enfatizar la extravagancia y el comportamiento derrochador del "nuevo rico". El síndrome de Silicon Valley de "a mucho trabajo, mucha diversión" es una forma de materializar a corto plazo las recompensas que los trabajadores esperan por el esfuerzo puesto en la innovación y en la competencia. La clásica pauta de la gratificación diferida de la ética protestante es remplazada por una pauta de gratificación inmediata, emparejada con la importancia del trabajo como un objetivo en si mismo. Así, el consumo en esta cultura no es tanto una expresión de comportamiento conspicuo acorde con la posición social como un mecanismo de reducción del estrés, que retroalimenta el deseo de seguir estando en el dominio donde se encuentra la acción: la innovación y la creación de la propia carrera en el puesto de trabajo.
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Hace 44 minutos.
2 comentarios:
Buen aporte!, lo leí con Avidez. Siempre he admirado Silicon Valley, es un ejemplo de organización y de trabajo. Saludos.
Quisiera conocer ese lugar, he visto películas, y series, como la comedia de HBO que lleva su título. Creo que ha de tener una organización y emprendimiento que se debe aprender.
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